lunes, 30 de noviembre de 2009

CENICIENT@S EN OTOÑO


Un amarillo día de otoño, tal que un 19 de noviembre, decenas de Cenicient@s visitaron la facultad de Enseñanza y Formación de Profesorado…y decidieron quedarse un par de días por allí.

Les pareció buena idea compartir y contrastar opiniones de cómo eran cada un@ de ell@s. Comentaban sus pareceres acerca de sus vidas, en qué ocupaban su tiempo de ocio, qué ideas tenían sobre el amor y el desamor, sus ideales de belleza y sus anhelos y sueños de futuro.

Como las ideas y opiniones eran tantas y tan variadas había que ponerlas en orden, y para ello tod@s l@s Cenicient@s contaron con la ayuda y colaboración de Hadas Madrinas profesionales en estos asuntos.

Yo, Cenicienta de ideas desordenadas, me enteré de tal acontecimiento, me confeccioné un traje de gala para la ocasión, y allí me presenté.

Allí me presenté, y aquí aún no me he presentado…Soy Zahira Poblador, Cenicienta Soñadora, con una pizca de humor…

CENICIENTA SOÑADORA











La ropa para limpiar sólo me la pongo, eso, cuando voy a limpiar. Y el traje de fiesta es tan pomposo e incómodo que no pensaba ponérmelo.

Es necesario que tod@s nos sintamos principes y princesas cuando lo necesitemos, en ocasiones o a menudo, pero no se debe vivir con esa idea constante...pues la incomodidad de ese traje no nos deja ser nosotr@s mism@s.

A mí que me gusta expresar lo que siento y me gusta ser Cenicienta, creí que para esta cita mi vestido debería ser de ensueño... Debía mostrar mis sueños y los que podría tener cualquier Cenicient@. Soñé con ser feliz, con tener amor, con que la igualdad fuese una realidad y no sólo una palabra, con que el respeto se sintiera, con que tod@s tengamos calidad de vida y podamos disfrutar, cada un@ a su manera, de la vida y sus detalles.





MIS ZAPATOS CENICIENTOS




MI ZAPATO...








Con mi zapatito quise mostrar mi parte de Cenicienta más princesa. Elegí un zapato al que tenía mucho cariño y el que sugería belleza, fiestas y diversiones... Un zapato lleno de estrellas, estrellas que somos cada uno de las princesas y los príncipes de este mundo. Un zapato, en realidad como otro cualquiera al que alguien le tenga cariño, que me hiciera sentir especial, ya fuera por lo bello, por lo sentimental que encierra o por la simbología de la que le cargué.































MI NUEVO ZAPATO...




















Mi nuevo zapato ceniciento lo conseguí en la ceremonia final de "Cenicienta en Otoño".
¡¡Fue una gran casuelidad encontrar un zapato que me fuera tan bien con mi disfraz!! Este zapato refleja los valores que mi disfraz mostraba, incluyendo algunos más que a mi se me pasaron por alto, como la magia que tienen los pequeños detalles.

Con este zapato, mi traje de ceremonias especiales queda totalmente completo y conjuntado
.




UNA REFLEXIÓN MUY CENICIENTA




Porque este curso ha tenido un poco de todo, momentos locos y momentos serios, algunos de ellos merecen un breve recordatorio para que no queden en el olvido...


Lo que menos me hechizó de ser Cenicienta por dos días fue:

  • El Baile Mágico, sobre todo la última parte, la famosa del "Machete-Machete", porque no encontré la relación que guardaba con el contenido general del curso. Además, para una actividad así, el tiempo utilizado fue, para mi gusto, demasiado extenso.
  • Que la predisposición de l@s asistentes, en algunos aspectos, fuese escasa. No todo el mundo tuvo tantas ganas de involucrarse en la historia.
  • La ceremonia final, y entiendo que el tiempo no nos acompaño, me desilusionó un poco, ya que esperaba que el juego del zapato tuviera otro final. Y ya que no lo tuvo, que la gente se lo hubiera trabajado un poquito con los mensajes e incluso con los zapatos.
  • Por supuesto, sin ánimo de ofender ni desmerecer el trabajo de nadie, la ponencia de "desde Cenicienta de Walt Disney a Crepúsculo", me pareció un análisis excesivamente rebuscado, ya que en cualquier dibujo animado encontramos escenas del tipo que se citaron, y la comparación de valores sociales que había en 1950 y los que hoy en día se reconocen como verdaderos valores educativos. Los valores culturales han evolucionado a lo largo de seis décadas.
Es cierto que l@s niñ@s son esponjas de estas escenas, pero su aprendizaje vital es mucho
más extenso. Como recordatorio, tod@s hemos crecido viendo películas de Disney, y a día
de hoy, ni somo psicópatas, ni fumadores compulsivos, ni maltratadores. Es más,
somos capaces de analizar y criticar estas conductas que, supuestamente, la factoría
Disney promueve.

  • La escasa alusión a temas educativos más enfocados a la vida del aula. Eché en falta algunas ideas o algún debate grupal de como trabajar cuentos de hadas con alumn@s.


Lo que más me hechizó de ser Cenicienta por dos días fue:

  • Sobre todo las ponencias de Sonsoles San Román, Mercedes Replínger, Teresa Pessoa, Pilar Pérez y Roser Palol, sin más palabras porque ya hablaron por sí solas y nos mostraron nuevos campos de conocimientos, que yo por lo menos no conocia. Da gusto oír hablar gente así.
  • Por supuesto, toda la temática general del curso y la forma de enfocarla, con momentos de movimiento, comidas temáticas, cantos en mitad del día, etc... Todo muy dinámico.
  • Conocer gente que quiera cambiar la educación, que quiera salir de la monotonía de la escucha, y que abogue por la participación y la involucración de todas y cada una de las personas.

¿POR QUÉ CENICIENT@ ERES TÚ?




Para este espacio he pensado que no vale sólo con querer que otros piensen en que l@s dem@s participen.


Yo pongo
aquí mi granito de arena y pido a todo aquel que quiera que exprese libremente como se sintió siendo Cenicient@ por dos días. Así, compartiremos un sentimiento que compartimos durante alguna que otra hora...